martes, 21 de abril de 2009

MORAL POR PROVISIÓN CARTESIANA






LA MORAL POR PROVISIÓN: EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD





El alma, al no estar sujeta al mecanicismo universal que rige la realidad de las sustancias extensas, incluido el cuerpo, es el fundamento de la libertad humana. En ella existen acciones, que dependen de la voluntad, y pasiones, que son invo­luntarias. Distingue pasiones fisiológicas (admiración, cólera, alegría, tristeza), en las que la sensación se impone al sujeto; psicológicas (deseo, esperanza, temor, amor, odio) que pueden provenir tanto del sujeto como del objeto y, final­mente, morales, aquellas que se relacionan con el libre arbitrio en nosotros y en los demás como la generosidad. Se trata de no estar dominado por las pasiones y dejarse guiar progresivamente por los dictados de la razón y las enseñanzas de la experiencia hasta apropiarse de la voluntad y hacer un uso correcto e íntegro de nuestra libre elección. La razón es la única que puede valorar, y por tanto indu­cir a aceptar o a rechazar determinadas emociones. La sabiduría consistirá en tomar el pensamiento evidente (claro y distinto) como norma no sólo de pensar, sino también de vivir. Para ello propone una moral por provisión.


La moral por provisión



Descartes dice que para coronar su moral examinó las profesiones con la inten­ción de elegir la que considerase mejor y pensó, sin despreciar las demás, que la mejor era la que él había elegido y que estaba poniendo en práctica, pues la más noble misión del ser humano es la de cultivar la razón. Para este ejercicio, el individuo tiene que vivir en sociedad, lo que obliga a acomodarse en cada oca­sión al ambiente en el que se mueve, sin renunciar a unos principios morales mínimos y a una finalidad individual, motor de toda acción, que posibilite realizar aquello que se juzgue como lo mejor: vivir lo más felizmente posible. Para culti­var la razón y avanzar en el conocimiento de la verdad (para ser feliz), estable­ce una «moral por provisión», basada en tres máximas:

a) Conformidad con las leyes y religión del país donde uno habita.
b)Conformidad en el ánimo con todo lo que nos rodea.
c)Moderación en los deseos. Sólo poniendo en práctica la constancia de la voluntad podemos alcanzarla verdadera felicidad, según la recta razón.

Descartes no atribuye provisionalidad a su moral, sino que la entiende como una obligación para la constitución tanto de su actitud vital, como de su «oficio» de pensar. En definitiva, en la ética cartesiana la voluntad queda sometida a la guía de la razón que orienta todo nuestro pensar y actuar.


Tres son las reglas en las que Descartes resume su ética:



A. Hacer todos los esfuerzos para conocer lo que debe hacerse y lo que no debe hacerse en todas las circunstancias de la vida. Entre las verdades que debe­mos tener presentes para lograr la felicidad, Descartes -en una carta a la princesa Isabel- señala cuatro:

Ø Que hay un Dios de quien dependen todas las cosas, cuyos mandatos son infalibles, lo que ha de conducirnos a admitir de buen grado su voluntad.

Ø Que nuestra alma es inmortal y capaz de gozar eternamente de Dios, lo que nos librará del temor a la muerte.

Ø Que esta tierra y el universo no son nuestra mansión definitiva, han sido creados por Dios y Dios mismo los mantiene, lo que nos disculpará de la preocupación de tener que dirigir el mundo.

Ø Que nuestra mayor satisfacción la encontraremos en el cumplimiento de un designio superior a nuestro propio beneficio, como el cumplimiento del deber y el abandono en la voluntad de Dios, que nos manda amar y ayudar a los demás, lo que dará sentido a nuestras vidas.


B. Tener una resolución firme y constante de llevar adelante todos los dictados de la razón, sin dejarse desviar por la pasión o el apetito.



C. Considerar que todos los bienes que uno no posee están fuera del alcance del propio poder, y acostumbrarnos a no desearlos.



Estamos pues, ante una ética de marcado carácter intelectualista, estoico y cristiano, en la que el conocimiento de lo bueno y el hábito (la virtud) de asentir a ese conocimiento, nos reportarán la felicidad. Para lograrla hay que juzgar correc­tamente, aceptar el destino y habituarse a seguir los dictados de la razón.


domingo, 12 de abril de 2009

SUGERENCIAS PARA BACHILLERES



A continuación os traigo a colación algunas sugerencias que, creo, pueden ser de vuestro agrado e interés por su naturaleza y variedad. Ahí van...




  • Una INVITACIÓN A LA FILOSOFÍA podemos hallarla en tres obras que pueden resultar de vuestro agrado: Lecciones de cosas. Una introducción a la filosofía de Stéphane Ferret (Gredos, Madrid, 2008, 176 páginas, 20 euros); Las preguntas de los grandes filósofos de Leszek Kolakowski (Arcadia,Barcelona,2008, 266 págins, 22 euros), ensayo del cual os he hecho alguna fotocopia para acercarnos a algún filósofo; y El libro de los filósofos muertos de Simon Crithley (Taurus, Madrid, 2008, 326 páginas, 21 euros). Una información más detallada sobre los mismo podéis hallarla en el artículo frimado por Luis Fernando Moreno en Babelia, cultural que publica El País todos los sábados. http://www.elpais.com/articulo/ensayo/Invitaciones/filosofia/elpepuculbab/20090411elpbabens_1/Tes
  • A partir de 14 años. El noruego Jostein Gaarder (Oslo, 1952) sostiene que los niños de tres años plantean preguntas que los adultos no saben contestar y que a los cinco "meditan sobre los mismos enigmas que un anciano". Triunfó respondiendo a estas cuestiones en El mundo de Sofía -del que se han vendido más de 25 millones en el mundo- y repitió experiencia con El libro de las religiones (Siruela, Madrid, 2009), en el que analiza las preguntas existenciales que son comunes a todos los pueblos. Gaarder, antiguo profesor de Filosofía en un instituto, fue arropado en su escritura por el historiador Victor Hellern -mayor conocedor de las religiones- y Henry Notaker, un periodista muy popular en Noruega. El extenso volumen -de más de trescientas páginas- recrea de forma amena, didáctica e intensa el origen de las religiones en la India, Oriente Próximo y Extremo Oriente, antes de abundar en las concepciones no religiosas de la vida. Flanquea su tercera parte -sobre corrientes religiosas nuevas y movimientos alternativos- porque el libro fue escrito en 1989 y en 20 años el mundo en el que viven sus jóvenes lectores es otro.
  • En la revista CLAVES DE LA RAZÓN PRÁCTICANº 187 (dicha revista podéis encontrarla en pdf en el magnífico blog literario El Boomeran(g), http://www.elboomeran.com/) se recoge un artículo que lleva por título ¿Está Dios en el laboratorio? por Freeman Dyson que merece la pena leerlo."Del mismo modo que la ciencia puede subsistir sin certezas, la religión puede hacerlo sin dogmas, y ambas pueden convivir sin conflictos", señala Freeman Dyson, catedrático de Física en el Institute for Advanced Studies en Princeton (Estados Unidos) y autor de El infinito en todas direcciones, De Eros a Gaia, Los orígenes de la vida y El científico rebelde. Del mismo modo, en el archivo temático al cual os remitirá la revista podéis hallar también algunas interesantes, y también polémicas aportaciones, sobre temas de Historia de España tales como el republicanismo y su consistencia, o la memoria e Historia de la Guerra Civil española.
  • Tampoco tiene desperdicio el artículo firmado por el historiador inglés Peter Burke. Burke es profesor de historia cultural en la Universidad de Cambridge y miembro del Emmanuel College. Ha publicado numerosos libros y artículos, traducidos en más de veinte lenguas, entre ellos La cultura popular (1978), La revolución historiográfica francesa (1990), Formas de hacer historia (1991), Hablar y Callar (1996). Burke es uno de mis historiadores preferidos y, en esta ocasión, firmaba un artículo en el ABC cultural del pasado 5 de abril con el título ¿La decadencia de la conversación? En él reflexiona sobre un tema tan recurrente como éste planteándose si, en verdad, se trata o no de un arte en decadecia. Delicioso... Vid., http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=11743&num=897&sec=31

jueves, 9 de abril de 2009

LA RESTAURACIÓN


1. La implantación de la Restauración

Se denomina Restauración al periodo de la historia de España (1875-1931) en que se produjo la reposición en el trono de la dinastía borbónica en la persona del hijo de Isabel II, Alfonso XII (1875-1885), tras el Sexenio Democrático y la experiencia de la dinastía Saboya y la Primera República. La Restauración comenzó el 29 de diciembre de 1874, con el pronunciamiento de general Martínez Campos en Sagunto, que supuso el final de la I República, presidida entonces por el General Serrano. Los casi cincuenta años de duración de este período concluyeron con otro pronunciamiento militar el 13 de septiembre 1923, que dio paso a la dictadura de Primo de Rivera.

SIGNIFICADO DE LA RESTAURACIÓN

La Restauración, cuyo principal artífice fue Antonio Cánovas del Castillo, supuso el desarrollo de la mo­narquía borbónica y el desarrollo de un régimen liberal-conservador no democrático.

Ø Por una parte, se trataba de crear un sistema po­lítico compartido por todos los sectores bur­gueses, de forma que ningún grupo se viera obli­gado a recurrir al pronunciamiento militar o a la movilización popular para acceder al poder

Ø Por otra parte, había que asegurar la exclusión de las clases bajas de la vida política, protago­nistas, a su juicio, del desorden del Sexenio De­mocrático.


EL PROGRAMA POLÍTICO

El programa político de los alfonsinos se plasmó en el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cá­novas, en noviembre de 1874, en nombre del futu­ro Alfonso XII. Recogía los siguientes aspectos:
El principio monárquico se definía en virtud de la legitimidad histórica y no como fruto de la de­cisión de una asamblea política; se defendía una monarquía constitucionaly se proclamaba un sentimiento patriótico, católico y liberal.

El Manifiesto respondía a los intereses de quienes buscaban un orden liberal estable así como poner fin al deterioro político, a la guerra carlista y a la in­surrección cubana. Finalmente, aunque Cánovas era partidario de una transición pacífica, el príncipe fue proclamado como nuevo rey tras el pronunciamiento de Sagunto, protagonizado por el general Martínez Campos.


LOS INICIOS DEL RÉGIMEN


La puesta en marcha del régimen fue obra de un Mi­nisterio-Regencia presidido por Cánovas, en el que participaron figuras de procedencia política muy va­riada. La obra de este gobierno se puede resumir en cuatro aspectos:

-Preparó la llegada del rey Alfonso XII (1875­1885) a España.

-Revisó la política del Sexenio Democrático. Restableció el matrimonio canónico, limitó la libertad de de imprenta y prohibió que los profesores univer­sitarios explicaran en sus cátedras doctrinas con­trarias a[ dogma católico y a[ régimen monárqui­co. En respuesta, varias decenas de catedráticos abandonaron la universidad y muchos de ellos crearon la Institución Libre de Enseñanza (1876), uno de los centros educativos y científicos más influyentes de España.

-Puso fin a los conflictos bélicos abiertos: la guerra carlista concluyó en febrero de 1876 con la derrota del pretendiente don Carlos, el exilio de miles de carlistas y la abolición de los fueros en las provincias vasco-navarras, mitigada en 1878 ­con el establecimiento del concierto económico. La guerra de Cuba, declarada en 1868 con el convenio de Zanjón de 1878. Sin embargo, la paz no fue duradera, ya que la guerra reafirmó el nacionalismo cubano y abrió la isla a los intereses económicos de Estados Unidos.

-Realizó un nuevo texto constitucional


LA CONSTITUCIÓN DE 1876

Dicho texto constitucional que recoge el pensamiento de Cánovas estuvo vigente desde 1876 hasta 1923, por lo que estamos ante la constitución más duradera en la historia de España. El proyecto constitucional fue discutido en las cortes del año 1876, elegidas por sufragio universal masculino y resultó aprobado con el 87 %de los votos. Los aspectos más esenciales de esta constitución son los siguientes:


-La monarquía era la pieza esencial del sistema político, no en vano, el rey se convirtió en árbitro de la situación y amplió sus poderes: participaba en la función legislativa; promulgando y sancionando leyes; podía convocar, suspender y cerrar las cortes; nombraba a los ministros y disponía del mando supremo de las fuerzas armadas, lo cual contribuyó a crear una relación especial y directa entre el rey y el ejército.
-Se adopta una soberanía compartida entre el rey y las cortes
-Las Cortes eran bicamerales, el Congreso de los Diputados, elegido por sufragio censitario, y más tarde universal; y por otro lado el Senado, formado a partes iguales por miembros elegidos y por senadores vitalicios nombrados por la Corona
-Se acordó la tolerancia religiosa, la religión del Estado era el catolicismo aunque se permitía otros cultos pero en el ámbito privado.

Esta constitución se caracterizó por su breve contenido, ya que posteriormente se promulgaron leyes para cuestiones como los derechos fundamentales, la administración de justicia o la articulación de la vida municipal. En 1878 se aprobó el sufragio censitario que dio derecho al voto a los propietarios y a aquellas personas con un alto nivel de instrucción o títulos académicos. Este nuevo sistema redujo la participación en 1881 al 5% de la población. No obstante en 1890 se volverá al sufragio universal masculino.



2. El sistema político


La estabilidad política de la Restauración se basaba en la alternancia pacífica en el poder entre dos fuerzas políticas, conservadores y liberales, conside­rados partidos dinásticos. La alternancia o turno significaba dos cosas:

-El fin del exclusivismo político, característico de la etapa isabelina.

-La supresión del recurso al pronunciamiento militar o a la insurrección para recuperar el poder.

El sistema requería el acuerdo entre los políticos para compartir el poder y la intervención de la Corona para asegurar ese compromiso.



LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Los partidos políticos existentes durante la restauración no nacen espontáneamente. Hasta 1880 – 1885 se va a vivir un juego de alternancia y exclusiones que llevan a la creación de dos partidos políticos que se alternarán el poder.

Partido Liberal Conservador

Este partido estaba formado por moderados y antiguos unionistas, además de un número de católicos. Más que por una cohesión ideológica, se caracteriza por la agregación de facciones afines. Desde 1884 el partido Liberal-Conservador se denomina conservador. Estaba apoyado por clases dirigentes del Sur, grandes propietarios agrarios y clases medias. Los líderes más importantes de este partido fueron Cánovas, Francisco Silvela, Antonio Maura y Eduardo Dato.

Partido Liberal Fusionista

El partido liberal fusionista nació el 2 de mayo de 1880. Era una unión de antiguos constitucionales bajo Amadeo I, unionistas de izquierda y progresistas. Defendían los derechos individuales, el sufragio universal, la responsabilidad judicial de las autoridades, la introducción del jurado y la iniciativa constitucional. Estaba apoyado por demócratas, clases medias y altos funcionarios, medios urbanos y antiguos revolucionarios de la septembrina (Gloriosa). Sus líderes más importantes fueron Sagasta, Montero Ríos, Moret y Canalejas.


El TURNO


En el Pacto de El Pardo (1885) los conservadores y los liberales establecieron un sistema de rotación en el poder que se mantuvo hasta la Primera Gue­rra Mundial. Cuando el partido en el poder se veía sometido a fuertes presiones internas, el rey llamaba a gobernar al otro partido. Para conseguir el respaldo de las Cor­tes, imprescindible en un régimen parlamentario co­mo el que diseñaba la Constitución de 1876, se pre­paraban nuevas elecciones, que eran manipuladas para que el resultado satisficiera al nuevo gobierno y respetara a la oposición.

La representación parlamentaria se distribuía entre una mayoría del partido en el poder, la presencia de todos los jefes de las tendencias del otro partido dinástico y un muy limitado número de diputados del resto de los partidos.



El falseamiento del sistema electoral

El funcionamiento del turno descansaba sobre dos condiciones pactadas:

-La implicación de la Corona como árbitro en­tre los partidos. El rey podía decidir cuándo con­venía sustituir un partido por otro, lo cual aseguraba la estabilidad del régimen pero impedía la democratización y la expresión de la voluntad popular.
-El falseamiento electoral, que era el medio capaz de crear las mayorías parlamentarias.

La práctica de este falseamiento era favorecido por un abstencionismo de más del 80% y un analfabetismo cercano al 75%. El falseamiento consistía en dos fenómenos: el encasillado y el pucherazo. En el encasillado, el ministro de la gobernación era el encargado de elaborar el encasillado o nómina de diputados que tenían que salir elegidos en cada circunscripción. A menudo sucedía que el nuevo diputado no provenía ni había estado nunca en la circunscripción en la que había sido elegido; a estos diputados, con cierto sarcasmo, se les denomina “cuneros”.

Los pucherazos afectaban a todas las fases del proceso. Al elaborar el censo, éste se inflaba con el nombre de un gran número de difuntos o desconocidos; así, el día de las elecciones, algunos funcionarios subalternos votaban en su nombre. Otras veces, en algunos meses, se votaba a puñados, o se falsificaban los recuentos.

Como vemos, la implantación del sufragio universal masculino no supuso la existencia de una democracia. La manipulación electoral, la fabricación de las Cortes y el turno pacífico continuaron después de 1890. En este sentido, el sistema de la Restauración favoreció la celebración de consultas electorales, pero la voluntad de los elec­tores no se expresaba de forma libre y directa sino que estaba sometida a procesos de manipulación y fraude, posibles por la existencia del caciquismo. El caciquismo (vid., texto de Joaquín Costa, pág., 200 del libro de texto) era la relación político-social que se establecía entre una persona -el cacique- y sus clientes. Los caciques intercambiaban con sus clientes vo­tos por favores, de modo que compensaban el apo­yo electoral con la entrega de cargos y prebendas, la realización de obras públicas, las recomendacio­nes, etc. Además, los caciques ejercían un patronazgo po­lítico en el que los electores se comportaban como clientes, a quienes protegían y defendían. Las relaciones entre el cacique y el cliente se basa­ban en la relación personal y en el interés políti­co mutuo. El arraigo del caciquismo fue más fuer­te y se mantuvo más tiempo en el ámbito rural que en las ciudades.


La práctica del turnismo (vid., pág., 198 del libro de texto)

Entre 1875-81 los conservadores se mantuvieron en el poder de manera continua (constitución 1876, ley electoral 1878, sufragio censitario, ventajas electorales para los distritos rurales más conservadores). Los fusionistas fueron llamados al gobierno por la corona en 1881 sin tener que recurrir a la violencia por primera vez aunque su gobierno fue breve. La alternancia pacífica en el poder alcanzó su punto álgido a partir del “PACTO DEL PARDO” en 1885 a partir del cual los conservadores ceden el poder a los liberales (1885-1890). Durante el gobierno largo de Sagasta se llevó a cabo una importante tarea de modernización del estado a través de las siguientes reformas:

·El Código de comercio (1885) y el Código civil (1889) que regularon las relaciones privadas
·La Ley de jurados (1887) y la Ley de Asociaciones (1887) que legalizó la formación de partidos políticos y sindicatos obreros
·Ley de Sufragio universal (1890) que vuelve a implantar el sufragio universal masculino, con limitación de su carácter de derecho para los mayores de 25 años, aunque algunas leyes quedaron en el debate parlamentario, como la reforma del ejército propuesta por el general Cassola.

Entre 1890 y 1892, Cánovas ocupa de nuevo la presidencia del Gobierno; desde esta fecha hasta 1895 le sucede Sagasta. Cánovas volverá al poder desde 1895 hasta agosto de 1897, fecha en la que es asesinado. A continuación Sagasta toma de nuevo el poder (hasta 1899) y finalmente los conservadores, con Francisco Silvela como nuevo líder, constituyeron el último turno del período de la regencia en marzo de 1901. Un año más tarde Alfonso XIII asumía la mayoría de edad y en 1903 moría Sagasta, momento en el que el partido empezó a dividirse originándose una lucha interna por el poder.


3. La oposición al sistema

CARLISMO Y NACIONALISMOS PERIFÉRICOS (pág. 201y 202 del libro de texto)

Del 1876-1888 los carlistas permanecieron en el exilio y practicaron una política de retraimiento. Hasta el 88 hubo una gran desorganización y divisiones internas. La disgregación se consumó en 1888 con la escisión de los integristas que eran partidarios de la no participación en la política y en la intransigencia católica. A partir de 1888 – 1890 se abrió una 2ª época en la que triunfaron los neocatólicos que eran partidarios de la vida política. Contaron con el apoyo de la jerarquía católica. La unión católica dirigida por Alejandro Piral, los cuales participaron en algún gobierno de Cánovas (conservador).



REPUBLICANISMO

Posición anticlerical, fe en el progreso y la defensa de políticas reformistas en materia social. Fragmentación por razones ideológicas y personales será la tónica dominante hasta el año 1903 que aparece la unión Republicana que aglutinará a todos partidos políticos. Su línea de acción se orientó en dos direcciones: los que confiaban en los pronunciamientos civiles y militares (Partido Republicano Radical), dirigida por Ruiz Zorrilla; y la que era partidaria de la lucha política electoral, dividida a su vez grupos como los posibilistas de Castelar (colaboradores de la monarquía); los federalistas de Pi y Margall, o los nacionalistas de Valentín Almirall o la Unión Republicana de Salmerón.

MOVIMIENTO OBRERO


Tres son sus rasgos característicos:
-Sindicalismo obrero no unitario cuyas principales vertientes fueron el socialismo y el anarquismo
-El peso del anarquismo en algunas zonas como Cataluña y Andalucía
-El apoyo al republicanismo político

Por su parte, el anarquismo se organizó a través de la creación de la Federación de Trabajadores de la región española. Fue precisamente en Andalucía donde tuvo lugar la Mano Negra en 1883: una supuesta organización clandestina de Cádiz y Jerez, responsables de delitos y asesinatos. La estrategia política anarquista se puede resumir en:

- La acción violenta como el asesinato de Cánovas
- La acción sindical como la reivindicación de la huelga general
- La producción cultural

NUEVA NOVELA SOBRE EL 23-F


Javier Cercas aborda el 23-F en su nuevo libro
Anatomía de un instante (Mondadori) que salió a la venta el 8 de abril. Puede ser una buena opción para los que todavía estáis dudosos en leer algo sobre el temario de HISTORIA DE ESPAÑA.


A continuación os pego el artículo firmado por Jacinto Antón en el PAÍS edición digital, 19/03/2009:


Tras escribir la novela de referencia sobre la Guerra Civil, Javier Cercas se atreve ahora nada menos que con el 23-F. Anatomía de un instante (Mondadori), su nuevo libro, que sale a la venta el 8 de abril, aspira a algo engañosamente tan sencillo como hacer comprensible el golpe de Estado de 1981. Para Cercas, lo más impresionante de aquella fecha y algo que invita a la reflexión es la "pasividad general". También opina que el 23-F no fue en absoluto "de opereta". "Ésa es la trola más grande, de opereta nada de nada, y estuvo a punto de salir bien".


La obra parte, y de ahí el título, del momento en que empieza la ensalada de tiros en el Congreso, de ese instante en que sólo tres personas (de los buenos) quedan de pie en el hemiciclo: Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo. Cercas se pregunta y analiza las razones de cada uno de ellos para mantener esa actitud. "Fue muy difícil entrar en el 23-F", explica Javier Cercas. "Lo complicado es elegir qué cuentas, ¡con todo lo que hay! Te metes en el 23-F y te desborda. Es una tremenda floración arborescente de historias, leyendas, ficciones".

El escritor explica que empezó queriendo escribir una novela. "De hecho, la escribí, tengo un borrador. Pero me di cuenta de que la realidad del 23-F me aplastaba, literalmente. Ocurre algo semejante con el 11-S: todos, incluso los mejores, como Don DeLillo, han fracasado al tratar de escribir una novela. La realidad tiene tal fuerza dramática, tal potencia simbólica que resulta avasalladora. Hay otra razón para que eligiera la no ficción: al meterme ahí, vi que me importaba más la realidad". Así que Anatomía de un instante es no ficción. "Es una mezcla de ensayo, crónica, con estructura inevitablemente novelesca. Parte de la novela que hice y dejé, pero no hay ficción. No invento nada. Pero sí hay procedimientos novelescos, hay leitmotiv, ritornellos, cambios de punto de vista, hechos contados desde tres perspectivas distintas, hipótesis, cosas en fin que no son propias del ensayo, que sin ser ficción lo acercan a la estructura novelesca".

El núcleo del libro, de 430 páginas, es ese instante del título. "Esas tres personas que no se tiran al suelo son en cierta manera los protagonistas. ¿Por qué no se tiran ellos y todos los demás sí? y, sobre todo, ¿por qué no se tira Suárez? Para explicar eso necesito todo el libro. A partir de ese instante, ampliando y ampliando, intento explicar el golpe y la transición". Cercas insiste en que su intención es "muy modesta", no obstante: "Que se entienda el golpe, que lo entiendan un chino y un español de 18 años. Eso yo creo que no se ha hecho. Yo no lo entendía cuando me lo explicaban. He querido que sea como un thriller, aunque sepamos el final. También sabemos el de Guerra y paz, y perdón por la comparación".

El escritor ha empleado tres años en el libro, ha leído un montón (descubriendo que los libros de los partidarios del golpe o los propios golpistas son muy reveladores "si los sabes leer"), ha investigado y ha entrevistado a numerosos testigos. Desde el comandante Pardo Zancada, "un tipo que no se esconde, que asume, a diferencia de la mayoría, lo que hizo" y al que se le concede bastante protagonismo ("su libro es imprescindible"), hasta algún humilde y asustadizo recluta PM convertido en golpista a la fuerza. "No tengo la pretensión de descubrir nada nuevo, pretendo interpretar el 23-F, entenderlo, ir contra el cliché. No es el libro de un investigador ni de un historiador, aunque hay elementos que sorprenderán. Me ha llamado la atención que mucha gente no ha querido que mencionara sus nombres, ¡a estas alturas! También, lo selectiva que es la memoria: tengo dos versiones distintas de dos protagonistas de donde se firmó exactamente el Pacto del Capó". Cercas subraya la sorpresa que da leer la prensa del momento. "Refleja muy bien el clima social y especialmente político que facilitó el golpe. Ves que aquellos tipos que lo dieron eran los culpables concretos y había que juzgarlos por ello, pero que las circunstancias les pusieron las cosas muy fáciles. Eso se ve muy bien en la prensa". Por eso, Cercas dedica un capítulo a "la placenta del golpe", que "lo propició", y estaba formada, dice, por mucha gente, "políticos, periodistas, miembros de la clase económica". "Ahora todos idolatramos a Suárez, pero entonces no había nadie tan vilipendiado, masacrado. Suárez es en buena parte el protagonista del libro".


Para Cercas, "el 23-F no fue un golpe de Estado contra la democracia, que también, sino contra Suárez". ¿Y qué hacía Cercas aquel día? "En realidad, el libro nace precisamente de un artículo sobre eso que me pidió La Repubblica en 2006. Entonces expliqué que aquel día yo no fui un héroe, ni lo fue nadie".

A VUELTAS CON EL CONTRACTUALISMO

¿Cómo sería la vida del ser humano si no hubiera leyes ni gobierno? Las teorías contractualistas surgen en el mundo con el ascenso de...