lunes, 25 de mayo de 2009

PRIMERA GUERRA MUNDIAL



LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL




1. Europa en 1914


  • Está totalmente justificada la denominación “guerra mundial” puesto que se libró en todos los océanos e implicó a contendientes de todos los continentes. ¿Fue la primera Gran Guerra?

  • ¿A qué se debieron sus catastróficas consecuencias? Sin duda no sólo a su extensión global sino también a una combinación entre tecnología militar y la cultura de los pueblos en conflicto. Karl von Clausewitz escribió en el periodo posterior a las guerras napoleónicas que la guerra estaba compuesta por tres aspectos: la política del gobierno, las actividades de los militares y las pasiones de los pueblos.


2. Las potencias europeas en 1914


  • Hasta finales del siglo XVIII muchas de las actuales potencias se habían mantenido socialmente homogéneas. Se trataba de sociedades básicamente agrarias dominadas por una aristocracia rural terrateniente y gobernadas por monarquías históricas legitimadas por la Iglesia.

  • GRAN BRETAÑA: la potencia más rica del mundo pero era más vulnerable que nunca. El dominio de los mares era lo que mantenía unido al Imperio y daba de comer a sus súbditos. La pérdida de dicha supremacía naval era una pesadilla.

  • FRANCIA: en 1801 su población era de 27 millones, la mayor de Europa. En 1910 era tan sólo de 35 millones, cuando en ese mismo periodo de tiempo Gran Bretaña había pasado de 11 a 40 millones de habitantes (La recién unificada Alemania tenía 65 millones). Si bien seguía ejerciendo su dominio en lo relativo a riqueza y cultura, su política interior era muy inestable (el país se hallaba dividido entre los que se habían aprovechado de la revolución y un socialismo en alza). En política exterior ni se olvidaba ni perdonaba la anexión de Alsacia y Lorena por Alemania en 1871, lo cual, a su vez, también se traducía en una dependencia excesiva respecto a Rusia para contrarrestar el creciente poderío alemán.

  • RUSIA: el gran rival de Gran Bretaña (la expansión de Rusia hacia el sur y al este hacía peligrar la ruta a la India a través de Oriente Próximo), si bien su potencial, que era enorme, se hallaba limitado por el atraso de su sociedad y la ineficacia de su gobierno. A principios del siglo XX los zares gobernaban una población de unos 164 millones, compuesta abrumadoramente por campesinos emancipados de la esclavitud (fue abolida después de la Guerra de Crimea). Sus pilares fundamentales eran: una monarquía absoluta apoyada por una Iglesia ortodoxa y una burocracia inmensa y letárgica. Las elites cultas estaban divididas entre occidentalistas y eslavófilos. Hasta finales del siglo XIX su atención estuvo dirigida en su expansión en Asia, pero tras su derrota contra los japoneses en 1904-05 se volcó hacia el sudeste europeo donde las comunidades cristianas ortodoxas de Grecia, Serbia y Bulgaria habían pedido su apoyo en calidad de hermanos cristianos y eslavos. Y algo similar ocurrió con la población eslava, serbia y croata que formaban parte del Imperio de Austria-Hungría.

  • AUSTRIA-HUNGRÍA: la monarquía de los Habsburgo estaba formada en su totalidad por naciones sumergidas. En 1867 se había formado una doble monarquía al garantizar a los poderosos magiares la semi-independencia en el reino de Hungría, que compartía con los austriacos alemanes tan sólo un monarca (Francisco José que reinaba desde 1848), un ejército, una secretaría de Hacienda y un ministerio de Asuntos Exteriores. Los magiares se consideraban algo así como una raza superior, gobernando de manera opresiva sobre las minorías eslavas (eslovacos, rumanos y croatas). Por su parte los austríacos gobernaban a los eslavos del norte (checos), del noreste (polacos y rutenos) y del sur (eslovenos y serbios), además de las tierras italianoparlantes de la vertiente sur de los Alpes.

  • ALEMANIA: ante la inoperancia del Reichstag, en estas circunstancias la personalidad del káiser era de suma importancia, y la gran desgracia de Alemania fue encontrar en la persona de Guillermo II ( de la Casa de Hohenzollern) un individuo que personificaba como nadie las tres cualidades que caracterizaban a la elite alemana gobernante: militarismo arcaico (el ejército era socialmente dominante), ambición desmesurada (estaban protagonizando una nueva revolución industrial que les llevará a reclamar el rango de potencia mundial, Weltmacht) e inseguridad neurótica.

  • LAS ALIANZAS RIVALES: Desde 1871 Alemania se veía rodeada de enemigos por todas partes. Consideraba, y con razón, que Francia era irreconciliable. Por consiguiente trato de neutralizarla alentando las ambiciones coloniales que la llevarían al enfrentamiento con Gran Bretaña, y se aseguró de que no encontrase aliados entre las demás potencias europeas uniéndolas a todas en su propio sistema de alianzas. Cosa fácil fue unir a la doble monarquía y a los italianos (TRIPLE ALIANZA que apoyaba las reivindicaciones italianas frente a Francia). Por lo que respecta a RUSIA Bismarck ya se había preocupado de cultivar su amistad vinculándola a su “sistema” mediante una alianza concluida en 1881 y renovada como tratado de Reaseguro en 1887. Por lo que respecta a GRAN BRETAÑA, tener a sus dos principales enemigos naturales, Francia y Rusia, por una potencia central resultaba de su agrado. La única cosa que temí Bismarck, y con razón, era una guerra en los Balcanes entre Austria y Rusia que pudiera desestabilizar una situación tan precariamente establecida. Así en el Congreso de Berlín de 1878 negoció un acuerdo que dividía los Balcanes en dos esferas de influencia entre Rusia y la doble monarquía, concediéndole a esta última una especie de protectorado sobre la provincia otomana norteña de Bosnia-Herzegovina. Este acuerdo duró hasta finales de siglo, luego todo empezó a tambalearse desde el mismo momento en el que los sucesores de Bismarck fueron incapaces de renovar el tratado con Rusia. Así las cosas en 1891 Francia (abundante fuente de inversiones para una Rusia en aras de modernizarse) y Rusia firmaron un tratado, la DOBLE ENTENTE para hacer frente a la TRIPLE ALIANZA. Por su parte los británicos, si bien las relaciones con Alemania habían sido cordiales más que otra cosa, estaban inquietos por la flota que transatlántica que Alemania estaba armando. En consecuencia su respuesta fue el establecimiento de relaciones con Francia en 1904 conocidas como la entente cordial. Pero todavía quedaba el Imperio ruso quien en 1907 (después de la dolorosa derrota contra Japón en 1905) firmaba un acuerdo con Gran Bretaña relativo a las tierras fronterizas con Persia y Afganistán, crenado así la TRIPLE ENTENTE.

lunes, 4 de mayo de 2009

GUIÓN DEL FORMALISMO FORMAL DE KANT

LA LIBERTAD Y LA TAREA DE LA RAZÓN PRÁCTICA


1. LA RAZÓN PRÁCTICA Y EL CONOCIMIENTO MORAL

En la Crítica de la razón pura, Kant hizo un notable esfuerzo por explicar cómo era posible el conocimiento de los hechos. Éste era posible merced a la conjunción de dos elementos: las impresiones sensibles procedentes del exterior y ciertas estructuras a priori que el sujeto impone a tales impresiones, a saber, las formas de espacio-tiempo y las categorías o conceptos puros. Ahora bien, parece claro que el hombre necesita también conocer cómo ha de obrar, cómo ha de ser su conducta: la razón posee también una función moral, en correspondencia con la segunda de las preguntas kantianas. Esta doble vertiente de la razón es la que expresamos por medio de la distinción entre razón teórica y razón práctica. No se trata de la existencia de dos razones, sino del hecho de que la razón posee dos funciones. La razón teórica se ocupa de conocer cómo son las cosas, la práctica de cómo debe ser la conducta humana. Además esta diferencia también se manifiesta en el modo totalmente distinto en que una y otra expresan sus principios o leyes: la razón teórica formula juicios, la práctica, imperativos o mandamientos.

2. EL FORMALISMO MORAL

a) Las éticas materiales es aquella ética que tiene contenido. Dicho de otro modo, establece un bien supremo, así como las normas o preceptos encaminados a alcanzarlos.
b) Crítica de Kant a las éticas materiales
c) La ética formal de Kant:

Ø Para Kant una ética formal es una ética vacía de contenido en ninguno de los sentidos en que lo tiene la ética material: no establece ningún bien o fin que haya de ser perseguido y, por tanto, no nos dice lo que debemos de hacer sino cómo debemos de actuar, la forma en qué debemos de obrar.
Ø Un hombre actúa moralmente, con buena voluntad, cuando obra por deber. Kant distingue tres tipos de acciones: contrarias al deber, conforme al deber y por deber.
Ø La exigencia de obrar moralmente se expresa en un imperativo que no es hipotético sino categórico. “Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne en ley universal”.


3. LIBERTAD, INMORTALIDAD Y EXISTENCIA DE DIOS

Son los postulados de la razón práctica. El término postulado ha de entenderse aquí en su sentido estricto: algo que no es demostrable, pero que es supuesto necesariamente como condición de la moral misma.






A VUELTAS CON EL CONTRACTUALISMO

¿Cómo sería la vida del ser humano si no hubiera leyes ni gobierno? Las teorías contractualistas surgen en el mundo con el ascenso de...